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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Video contexto histórico S. XVIII y S. XIX

Este documental nos proporciona una visión general sobre esta época

Video sobre el movimiento obrero en España

Breve exposición sobre el origen del movimiento obrero, centrado posteriormente en el caso español.

Video sobre las consecuencias de la Revolución Industrial

Video sobre la Revolución industrial

Este breve video expone la repercusión que la revolución industrial ha tenido en la historia de la humanidad sólo comparable a la revolución Neolítica

martes, 15 de septiembre de 2009

EL LIBERALISMO ECONÓMICO

El liberalismo económico es uno de los aspectos más importantes de las doctrinas liberales. Tiene sus antecedentes más importantes en las teorías del economista escocés Adam Smith (1723-1790) y en la escuela fisiócrata francesa, ambas del s.XVIII.
La fisiocracia sostenía que el fenómeno económico era un fenómeno natural y por lo tanto las leyes naturales de la economía debían desenvolverse libremente sin la más mínima intervención del estado a través de le¬yes o de impuestos. Coincidiendo con estas premisas y ampliándolas, Adam Smith postulaba la libre iniciativa individual impulsada por el natural afán do lucro; la libre competencia que regularía la producción y los precios y el libre juego de mercado que se desarrollaría plenamente si se respetaban esas leyes naturales. Smith, junto con Ricardo y Malthus ,son considerados los creadores de la escuela económica liberal, base teórica del primer capitalismo industrial.
Ambas escuelas, la fisiocrática y la liberal, ponen especial énfasis en la libertad económica del individuo y de la economía en general. Esto coincide plenamente con las teorías del liberalismo político y no por casua¬lidad, ya que la burguesía antiabsolutista y liberal, sería la más benefi¬ciada por el liberalismo económico puesto que poseía los controles de la economía. Por eso, liberalismo político y económico son dos caras de una misma moneda.
Los economistas liberales sostenían que una sociedad económica estaba integrada por individuos que aportan sus productos y los intercambian por otros productores, comprando al precio más barato posible y vendiendo de la forma más ventajosa. Esta es la teoría del mercado libremente competitivo en donde los precios se fijan por la propia situación del mercado sin necesidad de ninguna reglamentación exterior “cuando hay demanda do un producto y sus precios son altos, los productores, llevados de un afán de lucro natural, aumentan la producción; esto lleva a un aumento excesivo de la producción y por consiguiente a una caída de los precios ante la abundancia del artículo; los productores entonces disminuyen la producción y se produce una nueva escasez que hace volver a subir los precios y la producción…” … Esas serían las leyes naturales de mercado, un mecanismo perfecto que se regula y frena de una manera natural. Por lo tanto la total libertad en la economía producía espontáneamente estos mecanismos naturales que daban la “armonía natural” pero si el Estado intervenía alteraba esa armonía y rompía el flujo natural de las leyes naturales. Para los liberales de la economía, el Estado era “juez y gendarme”: mantener las leyes internas y castigar a quien las viola, proteger las fronteras, pero no intervenir en nada de la vida privada de los ciudadanos, uno de cuyos aspectos es la economía.
En el curso del s. XIX estos conceptos se fueron ampliando y precisando hasta formar totalmente la doctrina del liberalismo económico basada en los siguientes principios:
—LEY NATURAL: “Laissez faire; Laissez passer”. Propugna la solución de toda reglamentación, impuesto, monopolio, gremio y demás obstáculos jurídicos que entorpecen la libertad de la economía.
—ANTI-INTERVENCIONISMO: El Estado no debe intervenir para nada en las actividades económicas individuales, teniendo solo como misión guardar el orden público.
—LIBRE EMPRESA Y LIBRE MERCADO: Estas teorías también pretenden llevarlas al mercado exterior sobro todo Inglaterra, que cono pionera podía inundar de productos a los demás países.
—LIBRE CONTRATO; El patrón y el obrero debían ponerse de acuerdo libremente sobre el contrato de trabajo y el salario..
—LIBRE ASOCIACIÓN: para los comerciantes y los industriales. No para los obreros
En resumen, la teoría del liberalismo económico estaba totalmente de acuerdo con los intereses de una clase social en pleno auge: la BURGUESÍA.

REPERCUSIONES SOCIALES DE LA MECANIZACIÓN

El progreso conseguido por la revolución industrial se reflejó en la creciente mecanización. Pero esta tuvo graves repercusiones sociales, como fue la ruina del artesanado, incapaz de competir con la moderna industria. Este documento de 1786 se centra en cómo las nuevas máquinas van a crear graves problemas a numerosas familias artesanas. Quisiéramos hacer algunas preguntas a quienes defenderán el mantenimiento de estas máquinas. Las personas de buen sentido deben saber que el uso de estas máquinas dejará sin trabajo a quienes se dedican al cardado, es decir, a quienes hacían este trabajo antes de que se inventaran esas máquinas. ¿Y cómo podrán mantener a sus familias esos hombres, a quienes se les quita su trabajo? ¿Cómo podrán enseñar a sus hijos, de manera que la generación posterior pueda vivir de su trabajo y no se vean obligados a arrastrarse en el ocio como vagabundos? Alguien nos podría decir: empezad a emprender otro oficio. Imaginemos que así lo hacemos. ¿Y quién mantendría a nuestras familias mientras acometemos tan difícil empeño? Y, además, durante nuestro aprendizaje podría inventarse otra máquina que nos quitaría también este trabajo, y nuestras familias, que ya estarían medio muertas de hambre mientras nosotros aprendíamos el modo de llevarles el pan, lo estarán del todo durante nuestro tercer aprendizaje.
Leeds Intelligencer, 13 de junio de 1786.

LAS INNOVACIONES TECNOLÓGICAS

Las innovaciones tecnológicas de la revolución industrial modificaron radicalmente el mundo laboral en Inglaterra. Los nuevos inventos transformaban rápidamente las necesidades de mano de obra y, en determinados momentos, propiciaron la utilización masiva de la mano de obra infantil. El progreso económico y tecnológico se acompañó de la aparición de graves problemas sociales. Estas máquinas fueron usadas en el campo, aunque en un primer tiempo a escala reducida: se creía que doce husos constituían ya una gran instalación. De otro lado, la incómoda posición en la que había que colocarse para hilar con dichos instrumentos era inadecuada para los adultos, que veían con asombro cómo niños de 9 a 12 años las manejaban con destreza. De ese modo la abundancia llegó a las familias que hasta entonces habían estado agobiadas por el excesivo número de hijos, mientras que los tejedores pobres se liberaban de la servidumbre en la que habían vivido a causa de la insolencia de los hiladores (…).
El invento y los progresos de las máquinas para reducir el trabajo han tenido una
gran influencia en la extensión de nuestro comercio y asimismo han aumentado el empleo, especialmente de niños en las industrias algodoneras. Pero los sabios designios de la Providencia implican que en esta vida no hay beneficios que no vengan acompañados de desgracias. Y en estas industrias algodoneras y en fábricas similares hay muchas y obvias desgracias que contrarrestan el crecimiento demográfico que se deriva de la mayor facilidad de trabajo. En esas fábricas se emplean niños de tiernas edades: muchos de ellos, que estaban acogidos en las workhouses de Londres y de Westminster, son trasladados en masa, para hacer el aprendizaje, a industrias situadas a centenares de millas de distancia; en ellas prestan sus servicios ignorados, indefensos y olvidados por aquellas personas a las que la naturaleza o las leyes habían confiado su custodia (…). La escasez de agua en este distrito ha sido obviada por la genial invención de una máquina llamada mule o rueda de la casa del bosque, nombre que se deriva de una vieja casa de campo situada, en un lugar muy romántico, en las proximidades de donde vivió el inventor (Crompton). Esta máquina permite trabajar con un gran número de husos: la más grande de las que se conocen lleva 304. Se cree que si el inventor hubiera logrado la patente habría acumulado una gran fortuna, pero ciertos gentilhombres de Manchester compraron el invento por 100 libras esterlinas e hicieron que fuera del dominio público.
Manchester en 1795 vista por un cronista. En MORI, G.:La revolución industrial. Barcelona, 1983.

LA OBRA DE MALTHUS: LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

La obra de Malthus, escrita a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña, durante la revolución industrial, se centró en la preocupación ante un excesivo aumento de la población. Aunque este hecho no tuvo en su época una repercusión excesiva, el autor es reconocido por haber alertado sobre los peligros que conlleva el aumento del número de habitantes. Creo poder honradamente sentar los dos postulados siguientes:
Primero: el alimento es necesario a la existencia del hombre.
Segundo: la pasión entre los sexos es necesaria y se mantendrá prácticamente en su estado actual.
Estas dos leyes, que han regido desde los tiempos más remotos del conocimiento humano, aparecen como leyes fijas de la naturaleza, y no habiéndose jamás observado en ellas el menor cambio, no tenemos razón alguna para suponer que vayan a dejar de ser lo que hasta ahora han sido, salvo que se produjera un acto directo de poder por parte del Ser que primero ordenó el sistema del Universo y que por el bien de sus criaturas continúa ejecutando, conforme a leyes fijas, todas sus diversas operaciones. Considerando aceptados mis postulados, afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan solo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.
MALTHUS, R.: Primer Ensayo sobre la población. Londres, 1798.

EL TRABAJO DE LOS NIÑOS

Las máquinas hiladoras que se utilizaron en la industria del algodón, en la Inglaterra de la revolución industrial (fines del siglo XVIII), obligaban a los hombres que las manejaban a colocarse en una posición muy incómoda para hilar. En cambio, se vio muy pronto que los niños y niñas de entre nueve y doce años podían manejarlas con toda facilidad y destreza. Así fue como numerosas familias pobres que tenían muchos hijos los pusieron a trabajar en las fábricas para ganar más dinero. Igualmente, se puso a trabajar a los niños que estaban en las casas de beneficencia parroquiales de Londres y Westminster, trasladándolos desde grandes distancias para llevarlos a las fábricas.
A. El salario infantil
En las ocupaciones fabriles, agrícolas y de otro tipo, es casi siempre un cálculo atrozmente cruel el que determina esta preferencia por los niños. Su trabajo resulta menos caro que el de los hombres porque, por medio de una vigilancia muy estrecha, se obtiene de ellos más rendimiento, teniendo en cuenta el módico salario que se da a los padres por la “colocación” de sus hijos. Estas largas jornadas de trabajo impuestas a estas pobres criaturas los agotan, los debilitan, hacen desaparecer sus fuerzas, alteran su desarrollo y traen consigo una muerte prematura. ¡Qué importaba! Los industriales han reconocido que los niños son más sumisos, no replican y que se les puede maltratar sin ningún temor. En una palabra, esta utilización de los niños es ventajosa para los señores de la industria y del comercio nacional. En Inglaterra, los niños entran en las tiendas y los almacenes de diez a doce años, y en las manufacturas a los cinco y seis años.
TRISTÁN, F.: Promenades dans Londres, 1826.
B. ¿Por qué trabajan los niños?
Cuando los manufactureros ingleses vinieron a decir a William Pitt que los elevados salarios del obrero les impedían pagar los impuestos, este dijo unas palabras terribles: “Cojan niños”. Estas palabras pesan sobre Inglaterra como una maldición (…). En un discurso pronunciado en el Parlamento el 12 de febrero de 1795, W. Pitt declaraba: “La experiencia ha demostrado todo lo que puede producir el trabajo de los niños y las ventajas que se pueden encontrar empleándolos precozmente. Si alguien se toma la molestia de calcular el beneficio total que producen en este momento los niños formados según este método, se sorprendería al descubrir hasta qué punto su trabajo, suficiente para mantenerse a sí mismos, representa un ahorro para el país, y cómo el producto de sus laboriosos esfuerzos y los hábitos en los que han sido formados constituyen una aportación importante a la riqueza nacional.
NIVEAU, M.: Historia de los hechos económicos contemporáneos.
Barcelona, Ariel, 1979.C. La jornada laboral
En un comunicado enviado a la Sociedad Industrial de Mulhouse el 27 de febrero de 1827, se puede leer: La jornada diaria de trabajo, en las hilaturas, es de trece a catorce horas, tanto para los niños como para los adultos (…). Permanecen de pie unas dieciséis o diecisiete horas cada día, trece de las cuales al menos en un cuarto cerrado, sin cambiar apenas de sitio ni de posición. Esto ya no es un trabajo; es una tortura: y se inflige a niños de seis a ocho años, mal alimentados, mal vestidos (…).

LA EXPANSIÓN DEL FERROCARRIL EN EUROPA




domingo, 13 de septiembre de 2009

La nueva sociedad industrial tras la 1ª Fase de la Industrialización




Una curiosa descripción de los primeros días del ferrocarril

"Nos presentaron a la pequeña locomotora que tenía que llevarnos por los raíles. Esta ‑ya que todos estos curiosos caballitos de arrastre se consideran yeguas‑ constaba de una caldera, una estufa, una pequeña plataforma, un banco, y detrás del banco un barril con agua suficiente para impedir que tuviera sed durante quince millas... Camina sobre dos ruedas, sus pies, movidos por unas ingeniosas patas de metal llamadas pistones, propulsados por vapor... Ese animalito jadeante, que más bien me inspiraba ternura, fue enganchado a nuestro vagón y después de que el Sr. Stephenson me sentara en el banco de la locomotora con él, comenzamos a movernos a aproximadamente diez millas por hora”.

(Descripción de Fanny Kemble, famosa actriz inglesa, del trayecto Liverpool Manchester, 1830).

LA REVOLUCIÓN EN LA AGRICULTURA




¿Todo fue progreso?


En este primer tema, dedicado a la I Revolución Industrial, hemos estudiado las grandes transformaciones que acontecieron en varios países europeos y, como resultado, el gran crecimiento de la producción y de la productividad. A pesar de ello, ¿todo fue progreso? Intentad dar una opinión razonada al respecto. Ya hemos visto muchas gráficas sobre producción, os podéis servir de ellas y, también, de estas imagenes.